Mesa del Seri. No hay día de asueto, no hay tiempo perdido ni proyectos saludables que nos agarren cansados, desganados y menos incrédulos.
Ayer, fue un día ejemplar, esplendoroso y radiante de alegría, fraternidad y entrega a más no poder en el rescate de la telesecundaria #71, que el oscuro y prolongado tiempo de la pandemia hizo de ella un espacio enmontado, cubierto de maleza y montones de deshechos, que propiciaba un entorno indecoroso y un ambiente fiero e insano.
Ente esas malignas circunstancias, cuya fiereza debía ser remontada sin más demora, docentes y directivos acordaron con jóvenes ambientalistas de Hermosillo, convocar a la comunidad escolar, escuelas hermanas y al vecindario a una jornada sabatina para mejorar y proteger el ambiente escolar, dejarlo libre de objetos contaminantes y asegurar su salubridad, esto es hacer del entorno escolar un espacio habitable y seguro.
Pero no sólo importa destacar esa benigna obra ambientalista, sino también su extraordinario efecto pedagógico extramuros, que desde fuera del aula, al aire libre y en contacto directo y en modo colaborativo aprendían haciendo y cuidando la naturaleza; seguramente no habrá mejor método para enseña el amor, cuidado y preservación de la naturaleza, que el experimento por la comunidad de la referida Telesecundaria, con lo que también da un paso decisivo en la formación de la conciencia cívica y cultura pro ambientalista.
No debo pasar por alto, la solidaridad de los padres de familia, niños, niñas y vecinos, destacando en número y entrega las heroínas, verdaderas angeles de la guarda en las escuelas, las mujeres, y entre ellas las abuelas.
Toda una comunidad en movimiento, hermanada por el amor a su escuela, a sus pupilos y a la naturaleza, limpia, segura y saludable.
A mi modo de ver, ese movimiento comunitario, auspiciado por centro escolar, en alianza con una asociación civil, también abona de manera significativa al fortalecimiento del tejido social, tan deshilachado hoy por hoy, favorece la cohesión social y rompen con principios pedagógicos tradicionales; sostienen que el hecho educativo transcurre entre muros, dentro del estrecho, y no menos virtual, salón de clases.
Ni duda cabe, enseñar haciendo, en contacto directo con el objeto de aprendizaje y la guía de las y los maestros, recuerda una clásica canción: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".
Por eso y más, yo no pude ser ajeno al sentir de nuestros queridos telesecundarianos de Mesa del Seri y prueba de eso es que formé parte de ese valeroso ejército escolar y fui testigo ocular de todo lo escrito aquí, lo que guardo como un tesoro intangible en mis adentros, en lado izquierdo del pecho.
¡Qué orgullo ser parte de la comunidad telesecundaria!
¡Cómo hacen falta seguir semejantes ejemplos!
¡Aún es tiempo, nos estamos tardando! ¿No creen?
Nota: El autor es subsecretario de Educación Básica de la SEC en Sonora.
Hermosillo, Sonora, 27 de marzo de 2022.